Sabemos que es importante conocer y tratar tu piel en función de su tipo, también lo es tener en cuenta factores externos y cómo afectan a tu piel. Los niveles de exposición al sol, la concentración de contaminación, la velocidad del viento y la calidad del agua pueden afectar al estado de tu piel. Tener en cuenta los factores externos a la hora de establecer una rutina de belleza es clave para conseguir resultados en tu piel.
Hablemos de belleza y salud con prácticas cotidianas esenciales para ver mejores resultados en tu piel. Muchas veces, buscamos el producto milagro, sin embargo, todo se reduce a nuestras prácticas diarias que mantienen nuestro cuerpo sano, en forma y ayuda a potenciar los resultados que buscamos.
Hay muchos factores externos que afectan a nuestro cuerpo y en especial a nuestro órgano más grande, la piel. Cómo combatirlos y conseguir efectos de belleza duraderos.
La exposición al sol
No importa dónde vivas, ni el tiempo o la estación del año; la protección solar es crucial. Muchos de nosotros solo nos acordamos de aplicarnos protección solar cuando vamos a la playa o a la piscina, pero incluso durante los meses de invierno o principios de primavera es el mejor tratamiento y cuidado (preventivo) que puedes darle a tu piel.
¿Por qué es tan importante? La protección solar protege contra los rayos UVA durante todo el año, reduciendo los efectos del envejecimiento cutáneo: líneas de expresión y arrugas prematuras, pérdida de elasticidad, descomposición del colágeno y debilitamiento de la barrera protectora de la piel, lo que puede provocar otras irritaciones y problemas. El FPS es el tratamiento más importante que puede incorporar a su rutina diaria.
Niveles de contaminación en la atmósfera
Las partículas de contaminación son microscópicas, mucho más pequeñas que el tamaño de nuestros poros, lo que significa que pueden llegar hasta las capas más profundas de la piel. Esto puede provocar un aumento de la inflamación y desencadenar acné, rosácea y potenciar la pigmentación de las manchas en nuestra piel.
Los radicales libres también estimulan enzimas dañinas que descomponen el colágeno y la elastina de nuestra piel. Si vives en una zona urbana con altas concentraciones de contaminación, es muy importante eliminar estas partículas por la noche, con una buena rutina de limpieza que incluya limpiador, serum, contorno de ojos y crema hidratante. Busca el consejo farmacéutico para incluir en tu rutina los productos que más se adapten a las necesidades de tu piel.
Por la noche es cuando nuestra piel se regenera, por lo que es el momento perfecto para aplicar un sérum rico en antioxidantes, éstos ayudan a reducir y tratar cualquier daño causado por los radicales libres durante el día.
Climatología adversa
También hay que tener en cuenta las condiciones del clima en verano. Aunque te parezca que el aire de la costa te sienta de maravilla, tu piel puede reaccionar de otra manera. Los vientos, el salitre, la calima, etc pueden alterar la barrera superficial de la piel, afectando a su capacidad para retener la humedad y provocar un aumento de la sequedad, tirantez e incluso grietas.
Como regla general, si siente la piel tirante después de lavarse, es probable que la barrera cutánea de la piel esté afectada. La piel debe estar calmada e hidratada después de lavarla. Busca sueros o cremas hidratantes en gel que contengan ácido hialurónico o vitamina E para retener la hidratación, y una crema o loción para proteger y nutrir la barrera cutánea de la piel.
Calidad del agua
El agua tiene un gran efecto sobre tu piel. Los minerales alcalinos del agua pueden eliminar la humedad y los aceites esenciales de tu piel, que ayudan a protegerla y a prevenir la sequedad y la irritación. El agua también puede dañar la piel causando sensibilidad y reactividad, y a menudo provocando brotes de enfermedades inflamatorias de la piel como el eccema y la rosácea
Por suerte, una rutina diaria adecuada a tu piel puede contrarrestar los efectos del entorno y las condiciones ambientales. Estos factores externos suelen resecar, dañar o irritar la piel, por lo que es importante utilizar productos que ayuden a proteger la barrera cutánea.
La importancia de recurrir al consejo farmacéutico y dermatológico para incorporar a tu rutina productos que contengan ingredientes activos que ayuden a desintoxicar, reparar y tratar la piel. Buscar limpiadores que equilibran el PH de la piel y estén formulados con ingredientes de origen natural que no dañen la barrera cutánea eliminando los aceites esenciales. Utiliza sueros y cremas hidratantes para ayudar a hidratar y preservar la humedad de la piel, junto con FPS de alta protección. Tu piel te lo agradecerá, tanto ahora como en los próximos años.